Hollywood, ¿éxito a partir de la literatura?
Por Sofía Pardo Reyes
Nuestro nombre no importa, se nos conoce por nuestros actos.
Michael
Keaton en Batman regresa
Todo el mundo ha escuchado hablar de Hollywood, la
famosa sede de la industria del cine estadounidense. Todos hemos llorado,
reído, maldecido e incluso soñado con las películas que ahí se producen,
considerando a los directores y guionistas unos genios por traernos semejantes
historias que nos provocan tantos sentimientos.
Pero, ¿cuántas de esas
historias están basadas en libros olvidados por el mundo, y despuntan
únicamente porque algún director gringo puso sus ojos en ellas?
Algunas de estas películas que bien sabemos
que provienen de un libro y no de la mente de los guionistas, son la trilogía
del Señor de los anillos (y su
continuación, El Hobbit), la saga
(aunque no completa en películas) de Las
crónicas de Narnia, la saga de Crepúsculo,
la popular saga del niño mago, Harry
Potter; la exitosa trilogía (aún en proceso) de Los juegos del hambre, El
perfume, Memorias de una geisha, historias de Julio Verne como Viaje al centro de la tierra, La vuelta al mundo en 80 días y muchas otras
más. Pero esto principalmente ocurre porque los libros fueron exitosos antes de
que sus películas se estrenaran en la cartelera y fue la popularidad de éstos
lo que hizo que Hollywood posara sus ojos en las historias redactadas en papel.
Pero hay otras películas, igualmente
exitosas, que muchos ignoran e incluso se sorprenden al averiguar que tuvieron
homónimos en tinta. Algunos ejemplos son El
niño con el pijama de rayas, una historia vista (en el libro) desde el
punto del pequeño niño alemán, Bruno, que conmueve aún más que la película por
su inocencia y la tragedia que vive; El
curioso caso de Benjamin Button, cuyo homónimo es un libro escrito por F.
Scott Fitzgerald; El diario de Noah (conocido
en México como Diario de una pasión)
cuya historia conmueve hasta al corazón más duro, escrita por el estadounidense
Nicholas Sparks; Forrest Gump, otro
éxito hollywoodense que tuvo grandes ganancias y premios de la Academia y fue
escrita por Winston Groom; Soy leyenda,
un filme de zombis bastante popular protagonizada por Will Smith y cuyo
homónimo de papel fue escrito por Richard Mateson (un dato curioso es que en el
libro son vampiros los que atacan el mundo, no zombies); El diablo viste a la moda (cuyo nombre original es El mal viste Prada, traducido al
español) es otra película muy exitosa protagonizada por Anne Hathaway y Meryl
Streep y está basada en el best-seller
escrito por Lauren Weisberger; Yo robot,
protagonizada por Will Smith, está basada en una compilación de cuentos escrita
por el futurista Issac Asimov; Marley y
yo, una divertida y tierna historia de un cachorro y su dueño, fue escrita
originalmente por John Grogan (otro dato curioso, este libro es una
autobiografía); La naranja mecánica,
llevada al cine magistralmente por Stanley Kubrik la escribió el novelista Anthony
Burgess y así muchas más, tantas que nos sorprenderían.
Eso
nos dice que el éxito Hollywoodense se debe a la imaginación de cientos
(incluso miles) de novelistas y cuentistas que redactaron sus historias en
papel y a que los inteligentes y certeros
ojos de los cineastas se posaron en ellos. Así que si la película nos hace
sentir tantas cosas, cuántas o más emociones no sentiremos al leer los libros,
muchos escritos con tal destreza que nos transportarán a otros mundos y nos
harán sentir parte de ellos, en lugar de verlos como entes ajenos, a través de
los ojos de alguien más (en este caso el lente).
Hollywood le debe mucho a la literatura, y
creo que ésta, más que la industria cinematográfica, debería de tener nuestro
respeto y admiración. Siempre es hermoso contemplar una película, sufrir,
llorar o reír y enamorarnos mediante imágenes y sonidos, pero nunca se
comparará con el placer de oler un libro
(ya sea nuevo o viejo), de tenerlo entre tus manos y poder transportarte
mediante la imaginación a otros lugares ya que en fin, como ha dicho Stephen
King: “Hay otros mundos aparte de estos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario