Del día de muertos y no tan muertos
Por: María Sofía
Pardo Reyes
“Casi todo lo absurdo de
nuestra conducta es el resultado
de imitar a aquellos a los
que no podemos parecernos”
Samuel Johnson
El
día de muertos es una tradición completamente mexicana, pero ¿qué tanto del
folklore mexicano sobrevive en las celebraciones de hoy en día?
Los niños piden “calaverita”, pero
vestidos de seres fantásticos –probablemente de la última película de terror
hollywoodense que han visto– y en lugar de conformarse con dulces piden dinero
para gastarlo en cosas probablemente no tan sanas.
La catrina y la representación de la
muerte, tan comunes en los tiempos de la revolución, inclusive inmortalizadas
en murales mexicanos, han sido sustituidas por calabazas, gatos negros, fantasmas y momias,
más comunes en el vecino país del norte. Las sonrientes calaveras han sido
relegadas a segundo plano, a cuidar portones o a ser únicas visitantes de las
ofrendas familiares.
El día de muertos ha quedado atrás, las
celebraciones empiezan – y terminan – el día 31 de octubre con las famosas
“fiestas de Halloween” donde la familia celebra a las brujas y a los seres de
la noche sin tener una idea concreta de los orígenes de esta celebración, que
nada tiene que ver con esto.
El
famoso Halloween se remonta a la época de los druidas, donde estos sacerdotes
hacían sacrificios para ayudar a las almas a descansar en paz y ser una guía
para los espíritus, tanto buenos como malos, en su camino al más allá. Ahora,
los únicos que pasan al más allá son el alcohol y las noches de desvelo en la
que los adolescentes aprovechan el puente para acabar con un grado etílico nada
envidiable.
Las
tradiciones son importantes porque son parte de nuestra historia y nuestra
identidad, y si las perdemos es como si desterráramos una de las pocas cosas
auténticas y únicas que nos identifican como mexicanos. La celebración del
Halloween por sí sola no es mala, pero no debe ser un sustituto de nuestras
fiestas. No hay nada más hermoso que celebrar a la muerte al puro estilo mexicano.