ROJO AMANECER
44 años después, 2 de
octubre no se olvida
Por Erika Villegas Ramos
Producción: Cinematográfica Sol
Dirección: Jorge Fons
Año: 1989
Género: Drama político
Protagonistas:
Héctor Bonilla, María Rojo, Demián Bichir, Eduardo Palomo, Bruno Bichir, Jorge
Fegan.
Duración: 96 minutos
En
memoria a aquellas personas que
perdieron la vida en la masacre de aquel 2 de octubre de1968 en Tlatelolco,
recordamos la tragedia del país con un film que cautivó al pueblo mexicano y
que nos recuerda, como cada año, un nefasto episodio en la historia del México
moderno.
Rojo amanecer es
una cinta sobre la matanza de Tlatelolco de 1968. Muestra la historia de aquel
2 de octubre a través de una familia de clase media: padre burócrata, Humberto (Héctor Bonilla); madre, ama
de casa, Alicia (María Rojo); abuelo, ex-militar jubilado, Don Roque (Jorge
Fergan); dos hijos preparatorianos Jorge y Sergio (Damián y Bruno Bichir); y
dos chiquillos de primaria, Carlitos y Graciela (Ademar Arau, Paloma Robles). Ellos habitan en un departamento del
multifamiliar Chihuahua, en el conjunto habitacional Tlatelolco de la ciudad de
México. Para su desgracia, la plaza de Tlatelolco será
el escenario de la matanza y ellos serán testigos involuntarios de ella.
Rojo amanecer se
atrevió a romper el silencio que mantuvo el cine respecto a un tema que aún
divide a muchos mexicanos. De manera ingeniosa, aprovechando los escasos
recursos económicos disponibles para su realización, el filme recurre a un solo
espacio, el departamento familiar para narrar la historia de los hechos de
aquel día.
En el cine mexicano, las referencias
directas a la realidad nacional han sido escasas y esporádicas. Tal parece que
existe una voluntad por desviar al cine de los momentos conflictivos de la
historia nacional. Por ello, una cinta como Rojo
amanecer debe valorarse tomando en cuenta su carácter de excepcional, pero
sobre todo por la parte que nos invita a reflexionar sobre nuestra sociedad.
El séptimo arte también se puede utilizar
como una manera de expresión para analizar los sucesos tan desagradables que
trascienden en la vida del país y utilizarlo para cuestionar y pensar pero, sobre todo, no olvidar acontecimientos como el acaecido
el 2 de octubre del 68, pues la misma historia no debe repetirse jamás.
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