El inicio de la guerra en internet
Por: Martín V. Vargas
Que
arrestan al gordo y se arma la gorda. Es parecido como a lo que pasó hace más
de un siglo: Europa estaba en un ambiente bien tenso cuando a alguien se le
ocurre matar al duque de Austria provocando la primera guerra mundial. Hace
casi un año, el mundo de internet estaba en un ambiente muy tenso por las
iniciativas SOPA y PIPA cuando el FBI se dio a la tarea de matar a Megaupload. Y que explota la primera guerra en internet.
La causa de todo son los grandes dueños de
derechos de autor: disqueras y casas productoras de cine y TV monopólicas. Éstas quieren acabar con cualquier cosa que
parezca piratería en línea. Lo intentaron por las buenas, hay que reconocerles,
tratando de que pasaran unas leyes injustas que buscaban, en resumen, poder
cerrar sitios extranjeros que violentaran contenidos gringos. Les falló; no
contaban con internet (pareciera que ni lo conocen). Grandes .coms se sumaron a la lucha: Google, Wikipedia, Wired, entre otros.
El numerito se les vino abajo.
Entonces pasaron al plan B: hacerlo por
las malas. Supuestamente llevaban dos años investigando a Megaupload, el sitio más popular para almacenar y compartir
archivos de cómputo. El dueño y creador del sitio, un mega gordo llamado Kim
Dotcom, ya había pisado la cárcel varias veces por fraudes en línea, hackeos y cosas similares, así que se
agarraron de ahí para acusarlo a él y sus colegas de lavado de dinero y
piratería. Y entonces lo encontraron, se llevaron sus autos de lujo, muchos
millones en efectivo y los servidores de Megaupload,
después tumbaron el sitio.
Analizando esto, Megaupload era un servicio de hosting de archivos, el cual si bien dicen operaba fuera de la ley,
de cierta manera no lo era, pues una empresa dedicada al hosting tiene un sistema de denuncia de archivos, el cual, al
realizarse una denuncia, retiraba el archivo, pudiendo ser esto una solución
para las disqueras, estudios y demás empresas que no querían su material
distribuido en los servidores de Megaupload.
Algo bien claro es que Megaupload no iba a gastar su
tiempo en revisar cada archivo, tal y como es el caso de la mayoría de los hosting de archivos, como Rapidshare, Hotfile, Fileserve,
etcétera; es por eso que existen los sistemas de denuncia de archivos. El trabajo de las disqueras y demás
debió ser localizar esos enlaces y denunciarlos, pues la responsabilidad de ese
contenido no era de Megaupload,
quien ofrecía solo el servicio de almacenar archivos sin diferenciar los mismos, tal y como se hace actualmente con
los videos de Youtube. La responsabilidad era de las empresas productoras
haciendo algo tan sencillo como realizar denuncias para bajar el contenido no
oficial, pero lamentablemente pese a que Megaupload si
borraba los archivos reportados, los reportes eran mínimos. Megaupload obtenía sus ingresos de la venta de cuentas
Premium, por lo que no era una manera ilícita de ganar dinero, pues el servicio
que ofrecía cumplía con lo que prometía y en ningún momento te vendía contenido
protegido.
Ya mencionado lo anterior, podemos decir
nuevamente que la responsabilidad no es de Megaupload,
sino del usuario, pero es imposible salir a la caza de todos éstos y por ello
se cierran sitios que lo único que hacen es linkear
dicho contenido, tal es el caso de las acusaciones que se han realizado contra Taringa
y otros sitios que lamentablemente sí han sido cerrados. Si bien el
dueño de Megaupload sabía
del contenido que tenía en sus servidores, él no lo había puesto ahí, era
responsabilidad del usuario.
En el caso de archivos privados, lo más
posible es que los usuarios que los tenían guardados ahí ya los hayan perdido
de manera definitiva, ya que como se esperaba, el FBI no se molestó en ponerlos
a disposición de sus dueños y no creemos que ahora sea una buena idea realizar
un reclamo, pues aprovechando que eres o eras usuario podrían los canijos ponerte
cargos por descarga de material protegido aunque realmente no lo hayas hecho.
Después de esto, los autores
intelectuales, los dueños de los derechos, festejaron el movimiento,
seguramente como lo hicieron por la década del 2000 cuando tumbaron Napster, o cuando lograron cerrar Kazaa. Pero esta vez no fue igual: no
contaron con el poder de las redes sociales, los hackers unidos y los ciberactivistas como Anonymous que, en nombre de la libertad, les tumbaron los sitios al
FBI, Warner, Universal y a una serie de
sitios de defensores de los derechos de autor en todo el mundo. Y la guerra fue
declarada. Después de unos meses vimos parte de esta guerra en donde se
enlistaron más y más integrantes a cada bando.
Mi pregunta es: ¿y los usuarios qué? ¿Dónde
quedamos en el pleito?
Pues para empezar, el FBI y compañía ya se
pasaron de vivos. Que quieran detener la piratería en Megaupload es una cosa, y están en su derecho. Digo, no nos hagamos
mensos, todos sabemos que en Megaupload
se subían los contenidos de otros sitios como Cuevana y Taringa. Pero otra cosa es quedarse con los servidores de
Megaupload con todo lo que tenían
dentro, ¡la información de esos servidores pertenecen a los usuarios!
Y parece que no les complace. Hace un
tiempo vi lo de las nuevas leyes contra la falsificación, hay una que se llama
ACTA (Acuerdo Comercial Anti-Falsificación), en la cual se ponen guapos
entrándole a la prohibición de falsificaciones hasta de productos
farmacéuticos. Recuerdo cuando podía ver un video a gusto de YouTube de
diferentes nacionalidades. Ahora gracias a esa ley, incluso un video de
Inglaterra de uno de mis grupos favoritos no puedo verlo porque el contenido no
está disponible para mi país. Y eso no es nada, ahora después de ver unos 3 ó 4
videos, te tienes que chutar un molesto comercial sin posibilidad de omitirlo
hasta después de 5 ó 10 segundos, eso sí, con el botón bien chiquito para que
no puedas omitirlo.
Con respecto a redes sociales y correo
electrónico, la cosa no se queda atrás. Facebook
con el tiempo ha desarrollado un súper algoritmo con el cual es posible saber
desde tu ubicación geográfica, hasta tus gustos en chicas. Es muy impresionante
y útil que esta red social te recomiende y encuentre a esos amigos que no
volviste a ver desde la primaria o la chava que tanto te gustaba en las clases
de inglés. Sin embargo, ahora no puedes salir más allá de tu localidad,
bloqueando el acceso incluso a personas que viven en el municipio de al lado.
Hotmail también hace lo suyo, seguro antes de abrir la bandeja de entrada te apareció esa ventana que ya no te pide, te exige que le des un código postal, número de celular y hasta el nombre y ocupación del abuelo o del padre. Espero que sigas omitiéndolo porque si brindaste esos datos para salvarte de esa molesta pantalla, ya habrás dado casi el 70% de información para hacerte más secuestrable.
Hotmail también hace lo suyo, seguro antes de abrir la bandeja de entrada te apareció esa ventana que ya no te pide, te exige que le des un código postal, número de celular y hasta el nombre y ocupación del abuelo o del padre. Espero que sigas omitiéndolo porque si brindaste esos datos para salvarte de esa molesta pantalla, ya habrás dado casi el 70% de información para hacerte más secuestrable.
A final
de cuentas, hablando de la piratería, sería interesante ver que dejasen de
hacerse sonsos los estudios cinematográficos y las disqueras, pues en el caso
de las películas sus ganancias no se pierden y si se pierden es por culpa de
ellos, como en todos lados existe corrupción, ésta se demuestra en la venta de
los originales a piratas para su clonación y su distribución en la red o en
formato físico, así mismo como en los cines en donde presumen de tener mucho
aparato para bloquear cámaras y los mismos cines se prestan a dejar pasar una
cámara y desactivar dicho sistema por un soborno.
Si yo renté o accedí a recibir publicidad
en un locker digital para guardar mi
información privada o respaldos de mi máquina, no tienen ningún derecho a
llevárselo sin mi autorización y mucho menos a andar hurgando en él. Y
seguramente comenzarán una nueva cacería de brujas con los usuarios que tengan
archivos con derechos de autor ahí. ¿Qué va a pasar si yo decidí respaldar toda
la música que compré legalmente o películas que ripié de discos DVD que pagué para poderlos llevar en mi Playbook?
Creo que eso de que los usuarios seamos “daño
colateral” no me parece. Hagan su guerrita contra los piratas pero no molesten
a los usuarios y la dinámica de internet. Así que si eres usuario de esos
sitios tipo Taringa, debes descargar todo lo que puedas porque un día de estos
podrías ser parte de los caídos en batalla.
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