viernes, 17 de agosto de 2012

EL POP DE COREA
Por: Saira Mendoza López

Actualmente el pop coreano es uno de los géneros musicales más seguidos por adolescentes en México.  En el Sur de Corea surgen estos grupos musicales que tanto me gustan y que en un abrir y cerrar de ojos se han convertido en mi único género musical preferido y a raíz de esto he conocido más sobre la cultura asiática.
Hace 2 años, en una búsqueda sin sentido por Google encontré este fantástico género que se ha extendido a través del internet,  no sólo en México sino también en toda América Latina.
            El K-POP (pop coreano) tiene una gran peculiaridad en su música, la mayoría de cantantes se encuentran unidos en grupos que van de 3 hasta 15 integrantes, así sean de hombres, mujeres o mixtos.
            Otra característica de estos grupos coreanos es la glamorosa forma de vestir que ocupan algunos grupos. Como sabemos, Japón es una de las capitales de la moda pero Corea no se queda atrás; los diferentes vestuarios de cada grupo y dependiendo la situación, pueden ser tan formales o tan extravagantes que llegan a ser en extremo agradables y llamativos para el público.
Los escenarios en los que son montados los videos llegan a ser tanto virtuales como físicos. Toda la escenografía juega un papel muy importante, pueden ser escenarios totalmente blancos y con luces o con algunos elementos llamativos y bien elaborados.
            La mayoría de los videos tienen una coreografía, ésta puede ser la única que se presente en todo el video o también puede contener imágenes de la historia que se esté representando, pero siempre verás a estos artistas bailando.
            No importa si la canción es muy tranquila o muy espontánea, en algunos casos aunque la canción sea muy tranquila lleva una coreografía. Éstas son las que llaman mucho la atención de las personas, el baile es tan dinámico, limpio y parejo que pareciera fácil ponerse a bailar así,  aunque la realidad es que no es nada sencillo; se necesita mucha coordinación de pies y manos.
            Las letras de las canciones como de todo género musical tocan temas importantes, desde la creación de un mundo mejor, el amor de dos personas, la amistad, la personalidad de alguien, sentimientos, etc. A mi parecer son canciones muy humanas, no tanto por el hecho de que sean románticas, sino por el hecho de que son canciones que te hacen pensar en las cosas: en ti, en divertirte, en recordar momentos chuscos,  en el dinero, el glamur e  infinidad de cosas que suelen suceder día a día.
            La imagen de los artistas es muy variada. En algunos casos los peinados en las mujeres suelen ser muy extravagantes, podemos decir que cada grupo varía en cuanto al estilo que adopta, es decir, en una canción pueden ser muy rockeros, vestirse y cantar como tal, y en otros pueden ser tan frescos que su look va muy a la vanguardia.
            En los hombres el delineado de los ojos es normal así como el teñirse el cabello de colores café, rubio, negro o rojo; algo que aquí en México no es considerado normal y  la mayoría de las personas que no conocen este género musical pueden llegar a pensar que son niñas las que cantan por la estética tan refinada que se maneja en Corea.
            Todos los grupos cambian un poco de todo (vestuario,  look, etc.), pero también hay grupos que adoptan una imagen y un concepto durante un año, que es el lapso en el que presentan su primer mini álbum.  Uno de estos grupos fue Orange Caramel grupo femenino en el que el concepto era muy tierno, su vestuario era como si fuesen  niñas de caricatura, escenografías un poco infantiles, los adornos en el peinado y los colores hicieron que este concepto funcionara en adolescentes ya que las canciones no son dirigidas al público infantil.
      Se espera que después de un año de ausencia, el grupo regrese con el nuevo concepto propuesto por SM Entertainment, uno con estilo fresco y esta vez sin un concepto establecido.
     Los videos del K-POP son muy distintivos, la tecnología se hace presente, el baile, la escenografía y vestuario hacen que recuerdes un video, quizá no por la canción,   pero sí por todo lo demás. Personalmente siento que el K-POP es muy creativo en todos sus aspectos, desde que comencé a escucharlos y hacerme fan de estos grupos tan famosos en Asia pude comprender otra cultura y sobre todo la parte tecnológica que fue la que llamó mi atención  para estudiar Diseño Multimedia.
Mi grupo preferido es DBSK (Dong Bang Shin Ki) "Los Dioses nacientes del
Este", en 2009 tres miembros fueron separados del grupo por problemas con su productora. Sin embargo, se planea un posible acuerdo para que el grupo regrese.
            Este grupo  es considerado como el más exitoso en Corea y Japón, además
de ser el que tiene mayor número de fans en otros países.
Como podrán darse cuenta, el K-POP es muy diferente a lo que normalmente vemos,  le da un giro a la música y es un concepto muy variado.
      Este artículo lo hice con el fin de mostrar lo que me gusta y de alguna manera es algo que
influyó para mi carrera. También porque hace 2 años el K-POP no era muy conocido, pero
ahora está dando su mayor boom en América Latina y tiene
muchos seguidores en México.

martes, 7 de agosto de 2012

La maldición de la ópera prima


La maldición de la ópera prima


Por: Karina Moreno

 Creer en la idea que tienes
 aunque alguien te diga que no es buena,
 es el primer trabajo que tiene un realizador
al enfrentarse a su primera película.
 Si tienes una idea,
tienes que estar convencido de ella
 y seguir adelante, frente a cualquier adversidad
Raj Kumar Gupta

Hay quienes creen que hacer una ópera prima es muy difícil, sin embargo algunos que  lo logran ya  no pueden subir al segundo peldaño.
     Hacer la segunda película les resulta más complicado pues deben enfrentarse a la realidad  de ya no contar con el apoyo que les brindan las escuelas o les cuesta reponerse del amargo golpe de un fracaso en taquilla o tienen que desistir al no encontrar un productor.
     Nicolás Echeverría, notable documentalista que debutó de forma prometedora en la ficción con el largo metraje  Cabeza de vaca (1991) ─que obtuvo numerosos premios alrededor del mundo─ tardó una década en hacer su segundo filme: Vivir mata (2002), una comedia fallida que protagonizó Susana Zabaleta y Daniel Giménez Cacho. Desde entonces no ha vuelto al cine de ficción. Algo similar ocurrió con Roberto Sneider, director de la estupenda farsa Dos crímenes (1995), esta película anunciaba la llegada de un cineasta sólido e inteligente. Pasaron más de doce años para que volviera a dirigir, con Arráncame la vida (2007), basada en la novela escrita por  Ángeles Mastreta, la cual fue un éxito en taquilla.
     Pero no todo el panorama es sombrío. Afortunadamente, se han dado casos de cineastas que logran tomarle el pulso con rapidez a sus circunstancia. Entre  algunos destacados que han filmado de forma continua en poco tiempo tenemos a Carlos Reygadas (Japón, Batallas en el cielo y Luz silenciosa) o Fernando Eimbcke (Temporada de patos y Lake Tahoe). Y hay otros casos que van en esta dirección, como Ernesto Contreras después de Párpados azules (2007) dio una entrevista donde compartió: “[…]tenía ya listo un par de proyectos de ficción con mi hermano, sin embargo, mientras decidíamos cuál era la adecuada para hacer una segunda ficción surgió el documental Café tacuva: seguir siendo. Entonces dijimos: ‘ok, aprenderé y lo viviré en lo que lo demás sigue avanzando’, y ahora voy por la tercera, de pronto para ciertos cineastas puede ser angustiante, pero para mi caso fue muy relajado […]”[1]. Eso fue lo que dijo Contreras, cuya ópera prima, la mencionada Párpados azules, ganó el premio especial del jurado en el Festival de Sundance en 2008.
     Dentro del cine mexicano los números y casos de “la maldición de la opera prima” son reveladores: solo entre 2006 y 2010, se han realizado 168 óperas primas, contra 107 segundos o terceros títulos de un total de 339 producidos en ese periodo según el Instituto Mexicano de Cinematografía. Ello se debe a varias razones a veces por la carencia de recursos, apoyos y también a la falta de proyectos o al carácter y confianza de los mismos cineastas. Algunos tienen uno o dos filmes y eso es suficiente, pero en otros casos es de lamentar que se trunque una carrera con visos de calidad.
     La lista de ejemplos puede ampliarse a operas primas y directores que pasaron sin pena ni gloria como: Gerardo Lara por Un año perdido (1993), Oscar Urrutia por Rio Terminal (1999), Jorge Aguilera por Seres Humanos (2002), Jaime Aparicio Guerrero por El mago (2005) y un bastante y amargo “etcétera”.  
     José Antonio Valdés Peña en su libro Operas primas del cine mexicano 1988-2000 expone precisamente que cerca del 50 por ciento de los debutantes no habían logrado hacer un segundo largometraje.
     Las dos escuelas de cine más importantes de México, el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), cuentan con sus propios programas de óperas primas, mediante los cuales intentan apoyar a sus egresados a filmar su primer largometraje; es una estrategia que permite la entrada de nuevos talentos al cine mexicano. No se puede pasar por alto que el CUEC es dirigido por Armando Casas, cineasta de un solo filme[2].
     En conclusión, para que los cineastas primerizos puedan desarrollarse lo que necesitan es que se provean de un buen guion, unos buenos actores y también un buen productor que defienda su proyecto. Pero esta recomendación será extensiva para cualquier cineasta, así haga su primera o su décima película.
    Por otro lado, lo más difícil por ahora consiste en lograr que el público vea estas primeras producciones, pues la taquilla sigue siendo la  base del financiamiento del cine mexicano, su abismo y su anhelo.
        Así que como recomendación: vayan al cine y apoyen a las cintas mexicanas, de nuestra asistencia a las salas depende la supervivencia de esta industria nacional.  


[1] Ernesto Contreras en  “La vida Cinematográfica de Contreras” en Cinemanía,  #107 , mayo de 2007, p. 54
[2] La primera y única película de Armando Casas es titulada Un mundo raro, filmada en el 2001. Con el apoyo de la UNAM.

¿Ignorado o ignorante?


¿Ignorado o ignorante?

Por: Mayra Luna

Si os dan papel pautado,  escribid por el otro lado.
Juan Ramón Jiménez

Bien sabemos algunos que la mayoría de las películas más taquilleras han sido adaptaciones de obras de teatro, libros o del ballet. Y es que la industria del cine cada año va teniendo más fuerza y poco a poco va desplazando a las demás artes.
      La mayor parte de la población prefiere ir al cine porque argumentan que ya que van a gastar, prefieren gastar en algo más entretenido como el cine en vez de ir al teatro o comprar un libro. Otros piensan que es más barato el cine que cualquiera de las demás artes.
      Pero lo cierto es que un  porcentaje de la población no lee por convicción propia y el otro porcentaje no sabe leer. Una encuesta elaborada por la Universidad Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) reveló que los mexicanos leen casi tres libros al año y esto considerando que somos uno de los países  que más dinero invierten en  educación.
     ¿Será que algún día lleguemos a ignorar lo que son los libros? Ray Bradbury en su libro de ficción Fahrenheit 451 nos habla de un mundo, en un futuro no muy lejano, en el que las personas no leen, no conversan, no conocen siquiera lo que es un libro; sólo se dedican a ver la televisión. Los bomberos no se dedican a combatir el fuego sino a crearlo. Queman los libros, por lo tanto las personas no piensan y eso es bueno para el gobierno ya que puede controlar perfectamente a su población.
¿Sabe por qué los libros como éste son tan importantes? Porque tienen calidad. Y  ¿qué significa la palabra calidad? Para mi significa textura. Este libro tiene poros, tiene facciones. Este libro puede colocarse bajo el microscopio. A través del lente, encontraría vida, huellas del pasado en infinita profusión. Cuantos más poros, más detalles de la vida verídicamente registrados puede obtener de cada hoja de cada papel, cuanto más literario se sea.[1]  .

      Pero la literatura no es el único arte que se encuentra en peligro ante el éxito del cine. El teatro, sin duda alguna,  enfrenta un gran problema de audiencia. Ángeles Sánchez, directora de la compañía de teatro Divertirse.com, afirma que: “el público es cada vez más exigente con lo que decide ver, y como nos encontramos en un mundo tan tecnológico, es natural que los niños y los adultos muchas veces prefieran pagar por una película.”
      Lo cierto es que si los adultos no van al teatro, por consiguiente los niños tampoco irán al teatro, y si ellos no van ¿dónde queda la futura audiencia de este arte tan maravilloso?
       Bueno, ya ni mencionar la gran falta de audiencia para el ballet. Es triste ver cómo compañías de ballet, tanto nacionales como extranjeras, dejan de dar giras en el país porque les representa pérdidas el no tener público.
      Así que olvida tu excusa de que las artes son muy caras. Aquí en Puebla hay ferias de libros en dónde puedes encontrarlos desde $15. O bien, si no quieres gastar en un libro, no te preocupes, hay bazares de libros en dónde puedes canjear un libro que sea de tu propiedad por otro libro que te agrade. También existen bibliotecas en las que puedes pasar un muy agradable rato leyendo o bien puedes llevarte el libro a tu casa para una mayor comodidad para el lector.
     Ahora ¿si no sabes a dónde llevar a tus hijos el fin de semana? Yo tengo la respuesta. Llévalos al teatro. No porque tú no asistas quiere decir que prives a los pequeños del gran privilegio de ser parte de este  arte tan sensorial. Hay compañías de teatro  que cobran $50 por persona y llegan a tener promociones del 2x1 o de adultos de la 3ra edad gratis y esto es precisamente para que toda la familia asista.
     Pero si tampoco quieres gastar en dicho arte, no te preocupes, existen obras de teatro que son sustentadas por el gobierno, precisamente para que la población pueda asistir a divertirse un rato sin tener que gastar.
    Por favor, no se queden únicamente con lo que ya conocen. Exploren e investiguen nuevas formas de conocimiento y entretenimiento para que nuestra sociedad crezca tanto en cultura como en conocimientos, y así, ya nadie tenga armas para decirnos que somos ignorantes.


[1]  Bradbury, Ray.  Farenheit 451, De Bolsillo, México, 2009, p. 93